Siempre he entendido el tatuaje como una marca que uno se hace precisamente para eso, para marcar o delimitar un tiempo, una etapa, una vivencia que te ha dejado huella, un cambio en tu vida...cosas así. He tenido la necesidad de marcarme cuando siento un crecimiento personal, emocional, he encontrado respuestas o formas de encajar vivencias. Me encanta la idea de inmortalizar ese momento en la piel que me recuerde quién era yo en ese momento de mi vida, qué sentía o cómo pensaba, y me permita contrastarlo con la persona que soy ahora.
Mi último tatoo simboliza la evolución constante del ser humano, en los niveles físico, mental y espiritual. El simbolo recuerda que la vida es un contínuo aprendizaje, pero sobre todo, lo que representa para mí es LA VIDA.
Mi otros tatoos estan demasiado relacionados con la muerte, a pesar de estar enmascarados con unas alas o una cruz ansada.
Ya no soy una niña oscura.
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